En este domingo del tiempo ordinario, la Palabra del Señor nos recuerda que alguien que busca la verdadera felicidad, siempre buscará al Señor, la primera lectura del Profeta Sofonías nos exhorta a no desesperarnos ante las dificultades que podemos experimentar en nuestra vida, sino a confiarnos a Dios en cada momento y a jamás dejar de buscarlo, solo así encontraremos sosiego en nuestra vida y podremos descansar realmente.
En el Salmo 145 se nos recuerda la importancia de la pobreza de espíritu al igual que las bienaventuranzas del Evangelio, pero ¿quién es el pobre de espíritu? Es Aquel que pone su confianza solo en Dios su Salvador y no pone su confianza y felicidad en cosas, personas o incluso en una mera soberbia de confianza en sí mismo, estamos pues llamados todos los días a confiar solo en Dios, solo así encontraremos esa paz y esa confianza que tanto anhelamos en nuestra vida, que muchas veces por poner nuestra felicidad en otros falsos dioses, es cuando realmente quedamos defraudados ennuestra vida y lejos de sentir paz solo sentimos impotencia, tristeza y frustración. Que Dios Nuestro Señor nos ayude a confiar solo en Él para así realmente ser pobres de espíritu al ejemplo de María Santísima.
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